¿DROGA ZOMBIE?: FENTANILO, PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA GLOBAL (PARTE 2)
CRISIS EN EEUU: LA EPIDEMIA CON RECETA
El uso indebido de opioides ha alcanzado proporciones epidémicas en Estados Unidos, con un impacto devastador en la salud pública, la economía y la estructura social del país. Cuando el consumo de heroína ya estaba en un profundo declive, una decisión muy polémica en torno al uso de medicamentos para el dolor, con gran libertad de prescripción por parte de los médicos norteamericanos ha avivado una debacle sin precedentes en la historia moderna.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), casi 450,000 personas murieron por sobredosis de opioides entre 1999 y 2018. Pero estas cifras, aunque impactantes, son solo la punta del iceberg.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), casi 500,000 personas murieron por sobredosis de opioides entre 1999 y 2018; pero cuesta llegar a conocer los porcentajes que se pueden atribuir a medicamentos con receta...que muchos consideran que pueden llegar a representar al menos, la mitad de todos los casos.
En 2018, la tasa de prescripción de opioides en EE. UU. fue de 51,4 recetas por cada 100 personas. Vamos, que tocaba a media receta por persona, lo que equivale a más de 168 millones de recetas en total.
En 2019, aproximadamente 10.1 millones de personas mayores de 12 años informaron haber usado opioides de manera indebida en Estados Unidos. Y, sí...no se habla de menores de 18 años, sino que el problema ha llegado a impactar en niños de menos de 14 años, ahí es nada.
La primera estadística que indica el daño real de los opiaceos con receta nos lleva a 2020, cuando los opioides de prescripción estuvieron involucrados en casi el 25% de todas las muertes por sobredosis de opioides, lo que representa un aumento del 16% con respecto a 2019.
La crisis de los opiaceos con receta, es un ejemplo manual de cómo un medicamento con aplicaciones terapéuticas legítimas puede convertirse en un problema de salud pública cuando se usa de manera irresponsable.
¿De donde surge este problema?
El comienzo del fenómeno fue el analgésico recetado OxyContin, producido por la compañía Purdue Pharma, propiedad de la familia Sackler, que lo introdujo al mercado en 1996 y lo publicitó agresivamente como analgésico supuestamente inofensivo. Literalmente se promovía como una alternativa al paracetamol o al ibuprofeno, solo que la oxicodona es nada más y nada menos que un fármaco 15 veces más potente que estos, siendo un opiaceo sintético con unos efectos muy superiores a los de la propia morfina. Y sí, las promovieron como si fueran caramelos.
Se distinguen 3 periodos de uso y abuso:
Primera Ola: Iniciada con la prescripción excesiva de medicamentos como la hidrocodona y la oxicodona, a finales de los años 90.
Segunda Ola: Constatado a partir del año 2012 aunque nace mucho antes. Se da un brutal aumento en el uso de heroína. ¿Por qué?. Conforme los nuevos adictos a la hidro y oxicodona se quedaban sin recetas, sin dinero o ambas cosas, el acceso a la barata heroína de la calle resultó una opción lógica. Esto es, consiguieron resucitar una substancia en desuso (por suerte) a través del abuso de medicamentos de farmacia....BRILLANTE.
Tercera Ola: Aparición del fentanilo sintético y sus análogos, mucho más potentes y peligrosos. Se pasa de la heroína a estos monstruos químicos por una razón muy sencilla: la heroína es semisintética, mientras que el fentanilo es puramente sintético. Es una substancia entre 70 y 100 veces más potente, que no necesita materia prima natural, que puede transportarse en pequeñas cantidades que acabarán convirtiéndose en millones de dosis y encima, los traficantes pueden mezclarla y cortarla con todo tipo de substancias sin que el consumidor perciba la manipulación, de nuevo, debido a la potencia atroz del químico.
OXICODONA-HIDROCODONA
La oxicodona e hidrocodona, son los analgésicos opioides responsables de la crisis sanitaria producida en EEUU, y que ha acabado derivando en el abuso de fentanilo. La oxi se sintetiza a partir de la tebaína, extraída del opio, no de la morfina como suele pensarse. Mientras que la hidrocodona aunque puede tener el mismo origen, suele obtenerse a partir de la codeína (sí, la del ALGIDOL).
En ambos fármacos, su capacidad terapéutica para aliviar el dolor es innegable, pero su potencial adictivo y su dispensación masiva los convirtieron en un arma de destrucción masiva entre las clases medias y altas de la sociedad de EEUU.
Desde una perspectiva química, la oxicodona es un agonista puro de los receptores opioides mu y kappa (también delta). Esto significa que se une a estos receptores en el cerebro y la médula espinal, bloqueando efectivamente la percepción del dolor, pero produciendo unos elevadísimos niveles de euforia, con una potencia analgésica 2X respecto a la morfina y sin la somnolencia de aquella. Su rápida asimilación oral (actúa 15 min tras la ingesta) y el hecho de que se asimile de forma mucho más amplia que la morfina, la convierte en una substancia que parece nacida para el abuso recreativo...y al laboratorio responsable de su comercialización, no solo no le importó, sino que vio la oportunidad de hacer "nuevos clientes".
La hidrocodona, las mata callando (nunca mejor dicho).
Su mecanismo de acción es similar al de la morfina, o la propia oxicodona, pero su efecto estaría a medio camino entre ambas.
Sería al menos tan potente como la morfina aliviando el dolor, ligeramente más euforizante y generaría menor somnolencia. Esto es, con un potencial de abuso muy superior a la morfina pero lejos de la oxicodona.
Su mayor peligro es que, entre muchos usuarios, representaba la entrada al uso recreativo de opioides, que aquí sí ha existido (no como cuando tu abuela te decía que por probar Coca Cola ibas a acabar con un mechero y papel de plata debajo de un puente). El cambio de hidrocodona a oxicodona resultaba demasiado atractivo para no probarse, al menos entre los ya adictos a la hidrocodona.
Aunque lejos de la potencia y peligrosidad de la heroína, especialmente en el caso de la oxicodona, nos encontramos ante un fármaco que se queda demasiado cerca de ella, y con un precio muy alto de venta en farmacia...deja la puerta abierta a cambiarse al lado oscuro cuando el dinero es el problema.
¿EN ESPAÑA, TENEMOS ESTE PROBLEMA?
Tenemos otros, pero éste, al menos de momento, no.
La razón principal es que, aunque sí están a la venta como fármacos prescritos para el alivio del dolor, nunca han sido apoyados por la industria farmacéutica ni muy populares entre nuestros doctores para un uso terapéutico habitual.
Expertos a los que he consultado también me hablan de una circunstancia especial, extensible a toda Europa: la sensibilidad que aún se tiene al efecto que tuvo la heroína en los 80 y el uso de TRAMADOL como alternativa.
TRAMADOL
El tramadol es un analgésico opioide sintético que se utiliza para tratar el dolor moderado a severo. A diferencia de la oxicodona y la hidrocodona, el tramadol actúa en el sistema nervioso central para inhibir la recaptación de serotonina y norepinefrina, además de tener una afinidad baja por los receptores opioides μ. Esto le da un perfil de acción único: es tanto un opioide moderadamente potente como antidepresivo no convencional. Debido a esta combinación, el tramadol puede tener efectos secundarios como náuseas, mareos e incluso en alta dosis, convulsiones...pero ni de lejos llega al potencial riesgo de sus hermanas mayores.
Aunque el riesgoso potencial de abuso sigue ahí...de alguna forma, su uso generalizado para aliviar el dolor ha supuesto un freno a la propagación de la epidemia en Europa.
SIGUIENTE Y ÚLTIMO CAPÍTULO: EL FENTANILO (¿DROGA ZOMBIE o HAY ALGO QUE NO SE HA CONTADO?)
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